OZO SUPPLY

ACERCA DE PABLO OZO

Pablo Ozo (O Grove, Galicia, 2000) es un artista visual que lleva años construyendo un universo propio. Pasó su infancia detrás de la barra del restaurante de sus abuelos, dibujando sin parar mientras se servían los menús del día. Aquellos bocetos inocentes fueron el germen de un lenguaje que hoy habita lienzos, esculturas y espacios expositivos.

En 2021, una beca de la Unión Europea lo llevó a Berlín. Allí consolidó una visión artística que mezcla lo íntimo con lo urbano, lo onírico con lo inmediato. Su estilo actual combina influencias cubistas con formas fragmentadas, trazos impulsivos y figuras humanas y animales marcadas por una estética reconocible, donde las orejas de conejo funcionan como un símbolo y una constante.

Su obra explora escenas suspendidas en el tiempo: retratos que parecen estar esperándonos, personajes que habitan lugares entre el sueño, el deseo y la memoria. En ellas, el cuerpo se descompone, los rostros se duplican, y la mirada del espectador completa la escena.

Ha expuesto en Berlín (2023), París (2024) o Madrid (2025). En 2023, participó en la salida de la Ocean Race (Alicante), y este mismo año presentó su obra en la feria JustMad (Madrid).

Su trabajo forma parte de colecciones privadas en Europa, Asia y América; y desde su estudio, ahora en Madrid, sigue desarrollando un universo cada vez más personal.

SOBRE SU OBRA

El deseo de perdurar en el tiempo es parte de la naturaleza humana. Usamos relojes para medirlo, archivamos recuerdos, regulamos nuestra vida en torno a él. El arte, en parte, responde a esa necesidad: captura emociones, gestos y escenas interiores que, de otro modo, se disolverían.

Pablo Ozo (O Grove, 2000) trabaja desde esa premisa, pero no para fijar, sino para retener lo inestable. Su obra parte del retrato, pero no representa: estudia. Las figuras —casi siempre femeninas— aparecen fragmentadas, duplicadas, desplazadas. No se presentan al espectador, sino que parecen existir en su propio tiempo, suspendidas, a medio formar.

Su trazo es directo, veloz, físico. No oculta el error ni corrige la huella del proceso: lo convierte en lenguaje. Cada obra conserva algo del estudio, del ensayo. La belleza —si aparece— lo hace sin solemnidad: es imperfecta, provisoria, desordenada.

La pintura de Ozo recoge influencias del cubismo, la pintura moderna y el lenguaje gráfico contemporáneo. No las cita: las reordena. Las figuras se tensan entre lo clásico y lo torcido, lo íntimo y lo público, lo sensual y lo irónico. En algunos casos, emergen símbolos propios —como las orejas de conejo— que abren nuevas capas de lectura sin clausurar el significado.